Aquel que desee pasear por Trouville, jamás imaginara que sobre la rambla, alguna vez hubieron dos piscinas olímpicas de índole público; estas se inauguraron el 17 de Febrero de 1934 y ocupaban la mayor parte de la proa que separa la rambla de los barrios Punta Carretas y Pocitos.

Las piscinas estaban rodeadas de paisajismo y contaban con una infraestructura íntimamente relacionada con las mismas, como vestuarios, gradas, areneros, entre otros, que denotaban cierto cuidado en las instalaciones.

Estas estuvieron en pleno auge en la década del ‘30 y ‘40, con la construcción contemporánea de la rambla de Montevideo, la gente se fue acercando cada vez más a la costa montevideana, haciendo que las piscinas fuesen un atractivo cada vez más visto. Sin embargo, con el pasar de los años y el acercamiento de los ciudadanos al agua del río, se provocó un alejamiento lento pero progresivo de estos a las piscinas. Poco a poco la rambla fue tomando cada vez más protagonismo cómo modelo de balneario, provocando que las piscinas quedasen abandonadas.

Al quedar abandonadas empiezan a ser un lugar atractivo para la indigencia y la delincuencia, y por este motivo, en numerosas ocasiones la IMM intenta reciclar las instalaciones para darle otro uso y así revitalizarlas; uno de estos intentos fue la piscicultura, o crianza de peces, que se llevó a cabo en una de esas piscinas pero de manera transitoria, (se buscó fomentar las pesca deportiva con pejerreyes) la propuesta fue más que nada temporal para ver si funcionaba, no obstante, el estado deteriorado de las piscinas hizo que esta práctica fuese en vano, ya que las paredes de las mismas estaban tan dañadas que perdían cerca de siete mil litros de agua al día, la práctica se volvió inútil y la actividad se abandonó.

El abandono, el deterioro, la baja seguridad, y la poca higiene, sumado al fracaso de diversos proyectos, hizo que la IMM finalmente acabará por clausurar y  eliminar por completo en el año 2004, primero por la demolición de gradas, baños y vestuarios, para finalmente rellenar las piscinas.

La zona comenzó a experimentar varios cambios, de la mano de un crecimiento urbano importante, ya que este borde pasó a ser una muralla de edificios. Además, a partir del año 2004 se cerraron por completo las piscinas, el predio pasó a ser un espacio público verde sin un proyecto concreto, simplemente se taparon las piscinas, dejando crecer el césped y posteriormente se intervino con algunos aparatos para realizar ejercicio físico. Sin embargo, no se ha explotado el uso de esta gran zona con alguna actividad o equipamiento público.